Estéticamente turbulenta, Exodo trata tanto del caos interno (o de la mente) como externo (o de las grandes urbes), y se erige como un anecdotario de esos choques violentos y reencuentros inesperados propios de las sociedades contemporáneas.
Es una obra intensa, con momentos de tensión y distensión, que habla de los espacios internos, o íntimos, y los espacios externos, donde reina el caos, dijo Luz Urdaneta, fundadora de Danzahoy (en 1980) junto a su hermana, la directora artística Adriana Urdaneta.
A través de sus movimientos, a ratos violentos y contenidos, en ocasiones sensuales, dóciles y elegantes, Exodo expresa un amplio rango de emociones, desde la ira y la impotencia hasta la ansiedad, la añoranza, la angustia, el frenesí y el abatimiento.
Inspirada por la melancolía y el dramatismo del tango, la obra plantea una doble lectura, la del éxodo interno e individual (o el exilio del alma) y la del éxodo externo, esto es, el destierro y las migraciones, tanto voluntarias como forzadas y caóticas.
Así, resar a la intimidad, al calor del agua vital donde todo parece detenido cuando en realidad es intenso y superar el exilio para echar raíces en suelo seguro, parecen ser algunas de las premisas de Danzahoy, compañía que supera ya el cuarto de siglo con una labor indiscutible y comprensible madurez.
Es una obra intensa, con momentos de tensión y distensión, que habla de los espacios internos, o íntimos, y los espacios externos, donde reina el caos, dijo Luz Urdaneta, fundadora de Danzahoy (en 1980) junto a su hermana, la directora artística Adriana Urdaneta.
A través de sus movimientos, a ratos violentos y contenidos, en ocasiones sensuales, dóciles y elegantes, Exodo expresa un amplio rango de emociones, desde la ira y la impotencia hasta la ansiedad, la añoranza, la angustia, el frenesí y el abatimiento.
Inspirada por la melancolía y el dramatismo del tango, la obra plantea una doble lectura, la del éxodo interno e individual (o el exilio del alma) y la del éxodo externo, esto es, el destierro y las migraciones, tanto voluntarias como forzadas y caóticas.
Así, resar a la intimidad, al calor del agua vital donde todo parece detenido cuando en realidad es intenso y superar el exilio para echar raíces en suelo seguro, parecen ser algunas de las premisas de Danzahoy, compañía que supera ya el cuarto de siglo con una labor indiscutible y comprensible madurez.
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© Manuel Fontão
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